Yo, Penny Lane Bloom, juro solemnemente
no volver a salir con otro chico en lo que me queda de vida. De acuerdo, quizá
cambie de opinión dentro de unos diez años, cuando ya no viva en Parkview (EE.UU.),
ni asista al instituto McKinley; pero por el momento, he acabado con los
chicos. Son unos mentirosos y unos estafadores. La escoria de la Tierra. Sí,
desde el primero hasta el último. La maldad personificada. Algunos parecen
agradables, claro; pero en cuanto consiguen lo que buscan, se deshacen de ti y
pasan al objetivo siguiente. Así que he terminado. NO MÁS CHICOS. Punto final.
Este libro lleva cogiendo polvo en mi estantería bastante
tiempo, porque ni la sinopsis (“Un libro más de instituto, bah”) ni la portada
me llamaban demasiado, a pesar de que sí que me picó un poco la curiosidad la
clara relación con Los Beatles. Hasta que, por fin, me he animado a leerlo. Y
puedo prometer y prometo que nunca más volveré a juzgar un libro por su exterior,
porque en El club de los corazones
solitarios he encontrado una historia que me ha gustado mucho más de lo que
me esperaba.
Penny Lane era muy feliz junto con su novio Nate, con el
que llevaba desde que eran muy pequeños, del que estaba muy enamorada, y con el
que tenía grandes planes de futuro. Cuando un día Nate le dice que quiere
más de ella. Penny decide hacerle una sorpresa para entregarse a él, pero la
sorpresa fue para ella cuando encontró a Nate con otra chica en los brazos.
Penny, harta de que los chicos de burlen de ella, crea el Club de los Corazones
Solitarios. ¿Única regla? Nada de chicos. Para su asombro, a pesar de ser ella
al principio el único miembro del club, poco a poco va creciendo y haciéndose más
popular. Pero Penny descubrirá que ni todos los chicos son como Nate ni todos
los corazones son solitarios.
- Penny, afronta
las consecuencias. Ya lo dice la canción: You’ve got to hide your love away:
tienes que ocultar tu amor. Y no solo esconder tus sentimientos. Tienes que
destruirlos. Matarlos antes de que ellos te maten a ti.
Lo que más me ha sorprendido de este libro es que a pesar
de ser cortito y sencillo a más no poder, guarda entre sus páginas una historia
con un poco de todo: traición, amor, amistad, superación y humor. El
libro se lee de manera muy ágil, en una tarde o dos como máximo. La autora tiene una prosa exquisita, que hace que deslizarse por cada línea sea un verdadero placer. La temática la verdad es que no es para nada original,
pero es contado de una manera tan especial que se le puede perdonar.
Cuando Penny Lane es traicionada por su novio, recurre a los únicos chicos que según ella nunca le han fallado:
Los Beatles. Y es que el libro está repleto de alusiones a la banda: su portada, el nombre
del club que funda Penny Lane (The lonely hearts club),el propio nombre de
Penny Lane y el de sus hermanas, Rita y Lucy, su portada, y además, para mí lo
mejor de todo, es que al final de algunos capítulos, hay frases de
canciones de este mítico grupo que describen a la perfección los sentimientos
de Penny.
Nuestros
sentimientos eran auténticos, diferentes. El corazón ya no era de cartulina:
estaba vivo, latía. Era de verdad.
Penny
ha sido un personaje que realmente me ha gustado, ya que, al ser tan sencilla, simple y parecer
tan real y nada estereotipada, ha conseguido que conectara con ella y me ha
hecho revivir esos sentimientos de despecho y tristeza que todas hemos sentido
después de una ruptura. Tenemos también
a Tracy, la mejor amiga de Penny y segundo miembro del club y a Diane, la típica
rubia rica y popular y petarda que acaba siendo la tercer miembro tras
romper con su novio. El final, a mi parecer, resulta bastante precipitado y predecible, aunque era el necesario para este libro.
En definitiva, un libro que, aunque a primera
vista puede parecer la típica historia adolescente, al final resulta ser una entretenida
historia que guarda una moraleja en su interior: hay que valorarse a uno mismo
y nunca dar de lado a nuestras verdaderas amigas por un amor. Altamente
recomendable para pasar un rato entretenido.
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